El Festival de la Leyenda Vallenata ya no es del pueblo
FOTO: Región Caribe Parque de la Leyenda Vallenata
En sus inicios, en
aquellas épocas pasadas, la música vallenata, cuando Valledupar, no era la
capital del departamento del Cesar y todavía pertenecía al departamento del Magdalena,
esta música era considerada inculta, de gente sin estudios, música de
campesinos, de borrachos, hombres mujeriegos y andariegos, era yuca como
algunos la llamaban.
Eran personas que se
ganaban la vida tocando en los pueblos, parrandas y veredas y a los acordeoneros,
les pagaban con ron y comida, así eran vistos y tratados, aquellos primeros
representantes del vallenato, algunos llevaban y traían recados tocando el acordeón,
por fincas y caseríos.
Por esa razón, la
sociedad no aceptaba a los que tocaban vallenato, no querían que sus esposos
sus hijos o cualquier familiar se dedicara a esa música de campesinos, de
iletrados, de hombres mujeriegos que solo servían para beber y enamorar a las mujeres,
mucho menos era aceptada o invitada en sus reuniones sociales, no se podía escuchar
esa música en los clubes privados.
Por no tener la categoría
o estar a la altura de lo que se escuchaba y se bailaba para aquellos tiempos,
música de viento, de orquestas y bandas de algunos que habían estudiado en
conservatorios de prestigiosas escuelas musicales del país y hasta de Europa,
por eso no se podían reunir o codear con esos campesinos bebedores y mujeriegos,
era un mal ejemplo para la sociedad.
Con el transcurrir de
los años, como muy bien se sabe y ha quedado escrito para la historia, el
vallenato fue ganando prestigio, fama y respeto, con los triunfos de grandes
representantes que han desfilado por los mejores escenarios de Colombia y del
mundo todos estos años, nombrarlos uno a uno sería muy extenso, excelentes acordeoneros,
cantantes, compositores, músicos de todos sus instrumentos y aquellos que saben
tocar, componer y cantar, verdaderos poetas y juglares para engrandecer este
bello folclor.
Se convirtió el
vallenato, en el orgullo no solo de la costa Cribe y del país vallenato como es
conocida esta región, sino que ya hace parte de toda Colombia y traspasa las
fronteras, también dio pié para que nacieran varios festivales de música vallenata
no solo en La Guajira, el Magdalena y otros departamentos de Colombia, sino
fuera de las fronteras también.
Sin olvidar, años
después por allá en la década de los 70 y 80, en la época conocida como la
bonanza marimbera, en donde a muchos pioneros de este folclor los reconocidos y
ostentosos personajes que se dedicaban al tráfico de la marihuana, se llevaban para
sus parrandas, en casas o fincas a los acordeoneros y les hacían regalos de carros,
ganado o tierras para la agricultura, así le pagaban a los representantes de la
música de acordeón.
Con el nacimiento del
Festival de la Leyenda Vallenata, gracias al trabajo, dedicación y entrega de
sus fundadores Consuelo Araújo Noguera, La Cacica; Alfonso López Michelsen y Rafael
Escalona, esta fiesta se convirtió en la más grande de la música vallenata, no
solo de Colombia, sino del mundo, es un orgullo para los nativos de esta tierra
y del país entero, eso indudablemente se debe agradecer y aplaudir.
Ya la música vallenata
no era rechazada por la sociedad y en los clubes privados, los artistas que la
representaban, ganaban bastante dinero y eran invitados a las fiestas y
parrandas de personalidades nacionales, por políticos, artistas de la televisión,
entre otros, ser un artista vallenato ya no era visto de manera despectiva o de
baja categoría social como en otrora.
Se convirtió el
festival en el epicentro cultural, musical y hasta político de la nación,
muchos presidentes de turno llegaban a visitar y a inaugurar el Festival de la
Leyenda Vallenata, jurados de la talla del premio nobel de literatura Gabriel
García Márquez, periodistas como Juan Gossaín, se invitaban a los mejores
artistas no solo de vallenato, sino de todos los géneros musicales, para que
cantaran en la Plaza Alfonso López.
Esos primeros
festivales, en la mítica plaza Alfonso López, eran del pueblo y para el pueblo,
todos podían asistir completamente gratis para ver y escuchar a los
participantes, era un espectáculo completamente libre, gratuito, lastimosamente
eso ya no es posible, primero empezaron a cobrar la entra a la Plaza Alfonso
López para ver el espectáculo, después, poniendo vallas con sillas o palcos
desde el famoso palo é mango hasta la tarima, en donde se debía cancelar para
poder sentarse y apreciar a los participantes.
FOTO: El Pilón. Plaza Alfonso López Michelsen
Con la construcción del
Parque de la Leyenda Vallenata, con capacidad para 32.000 personas, lo que era
necesario para ampliar el aforo de las personas, por el crecimiento del público
asistente, el Festival de la Leyenda Vallenata, dejo de ser del pueblo, el
acceso al festival se convirtió en un espectáculo privado, el costo de las
entradas son muy elevadas, todas las personas no tienen la capacidad de pagarla
y los productos que allí se venden son excesivamente costosos.
Estos
son los precios en el Parque de la Leyenda Vallenata:
Palcos:
$458,800 y $991,200
Preferencial:
$320,000
General:
$129,000
Es decir se cambió la
historia, ahora la alta sociedad, los que rechazaban esa música de campesinos,
de bebedores y mujeriegos, se apropiaron de ella, los pobres, no pueden ver y
escucharla en el Festival de la Leyenda Vallenata hay que tener dinero, o
apreciar lo poco que pasen por la televisión, ya no es un espectáculo público
en donde todos podían disfrutar de esta hermosa tradición, sin olvidar que
muchos participantes de ahora, por no decir que todos, han perdido la esencia del verdadero vallenato, esos auténticos
representantes de este hermoso folclor, son contados los que conservan esa
tradición.
Por:
Iván Fernando Márquez Gómez
Teléfono:
3013942339
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