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martes, 7 de mayo de 2024

 

El Festival de la Leyenda Vallenata ya no es del pueblo



FOTO: Región Caribe Parque de la Leyenda Vallenata


En sus inicios, en aquellas épocas pasadas, la música vallenata, cuando Valledupar, no era la capital del departamento del Cesar y todavía pertenecía al departamento del Magdalena, esta música era considerada inculta, de gente sin estudios, música de campesinos, de borrachos, hombres mujeriegos y andariegos, era yuca como algunos la llamaban.

 

Eran personas que se ganaban la vida tocando en los pueblos, parrandas y veredas y a los acordeoneros, les pagaban con ron y comida, así eran vistos y tratados, aquellos primeros representantes del vallenato, algunos llevaban y traían recados tocando el acordeón, por fincas y caseríos.  

 

Por esa razón, la sociedad no aceptaba a los que tocaban vallenato, no querían que sus esposos sus hijos o cualquier familiar se dedicara a esa música de campesinos, de iletrados, de hombres mujeriegos que solo servían para beber y enamorar a las mujeres, mucho menos era aceptada o invitada en sus reuniones sociales, no se podía escuchar esa música en los clubes privados.

 

Por no tener la categoría o estar a la altura de lo que se escuchaba y se bailaba para aquellos tiempos, música de viento, de orquestas y bandas de algunos que habían estudiado en conservatorios de prestigiosas escuelas musicales del país y hasta de Europa, por eso no se podían reunir o codear con esos campesinos bebedores y mujeriegos, era un mal ejemplo para la sociedad.

 

Con el transcurrir de los años, como muy bien se sabe y ha quedado escrito para la historia, el vallenato fue ganando prestigio, fama y respeto, con los triunfos de grandes representantes que han desfilado por los mejores escenarios de Colombia y del mundo todos estos años, nombrarlos uno a uno sería muy extenso, excelentes acordeoneros, cantantes, compositores, músicos de todos sus instrumentos y aquellos que saben tocar, componer y cantar, verdaderos poetas y juglares para engrandecer este bello folclor.

 

Se convirtió el vallenato, en el orgullo no solo de la costa Cribe y del país vallenato como es conocida esta región, sino que ya hace parte de toda Colombia y traspasa las fronteras, también dio pié para que nacieran varios festivales de música vallenata no solo en La Guajira, el Magdalena y otros departamentos de Colombia, sino fuera de las fronteras también.

 

Sin olvidar, años después por allá en la década de los 70 y 80, en la época conocida como la bonanza marimbera, en donde a muchos pioneros de este folclor los reconocidos y ostentosos personajes que se dedicaban al tráfico de la marihuana, se llevaban para sus parrandas, en casas o fincas a los acordeoneros y les hacían regalos de carros, ganado o tierras para la agricultura, así le pagaban a los representantes de la música de acordeón.

 

Con el nacimiento del Festival de la Leyenda Vallenata, gracias al trabajo, dedicación y entrega de sus fundadores Consuelo Araújo Noguera, La Cacica; Alfonso López Michelsen y Rafael Escalona, esta fiesta se convirtió en la más grande de la música vallenata, no solo de Colombia, sino del mundo, es un orgullo para los nativos de esta tierra y del país entero, eso indudablemente se debe agradecer y aplaudir.

 

Ya la música vallenata no era rechazada por la sociedad y en los clubes privados, los artistas que la representaban, ganaban bastante dinero y eran invitados a las fiestas y parrandas de personalidades nacionales, por políticos, artistas de la televisión, entre otros, ser un artista vallenato ya no era visto de manera despectiva o de baja categoría social como en otrora.

 

Se convirtió el festival en el epicentro cultural, musical y hasta político de la nación, muchos presidentes de turno llegaban a visitar y a inaugurar el Festival de la Leyenda Vallenata, jurados de la talla del premio nobel de literatura Gabriel García Márquez, periodistas como Juan Gossaín, se invitaban a los mejores artistas no solo de vallenato, sino de todos los géneros musicales, para que cantaran en la Plaza Alfonso López.  

 

Esos primeros festivales, en la mítica plaza Alfonso López, eran del pueblo y para el pueblo, todos podían asistir completamente gratis para ver y escuchar a los participantes, era un espectáculo completamente libre, gratuito, lastimosamente eso ya no es posible, primero empezaron a cobrar la entra a la Plaza Alfonso López para ver el espectáculo, después, poniendo vallas con sillas o palcos desde el famoso palo é mango hasta la tarima, en donde se debía cancelar para poder sentarse y apreciar a los participantes.



                                FOTO: El Pilón. Plaza Alfonso López Michelsen

 

Con la construcción del Parque de la Leyenda Vallenata, con capacidad para 32.000 personas, lo que era necesario para ampliar el aforo de las personas, por el crecimiento del público asistente, el Festival de la Leyenda Vallenata, dejo de ser del pueblo, el acceso al festival se convirtió en un espectáculo privado, el costo de las entradas son muy elevadas, todas las personas no tienen la capacidad de pagarla y los productos que allí se venden son excesivamente costosos.

 

Estos son los precios en el Parque de la Leyenda Vallenata:

Palcos: $458,800 y $991,200

Preferencial: $320,000

General: $129,000

 

Es decir se cambió la historia, ahora la alta sociedad, los que rechazaban esa música de campesinos, de bebedores y mujeriegos, se apropiaron de ella, los pobres, no pueden ver y escucharla en el Festival de la Leyenda Vallenata hay que tener dinero, o apreciar lo poco que pasen por la televisión, ya no es un espectáculo público en donde todos podían disfrutar de esta hermosa tradición, sin olvidar que muchos participantes de ahora, por no decir que todos, han perdido  la esencia del verdadero vallenato, esos auténticos representantes de este hermoso folclor, son contados los que conservan esa tradición.

Por: Iván Fernando Márquez Gómez

nabusimake3@gmail.com

Teléfono: 3013942339

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