¿Qué mundo es este?
Da mucha
tristeza, produce bastante dolor, impotencia, desesperación, ganas de tener
poderes mágicos o sobrenaturales para cambiar las acciones, los actos y el
comportamiento, soez, obsceno y a veces hasta vulgar, de algunos jóvenes de las
nuevas generaciones, de esa juventud que serán las que controlen y dirijan a la
humanidad en un futuro no muy lejano.
La música, las
redes sociales y la permisividad de los padres y de la misma sociedad, son los
directos culpables y responsables de la degradación y falta de ética y valores
morales en la educación y el comportamiento de la gran cantidad de jóvenes que
ven normal y natural cantar algunas letras de reggaetón, así como
de la llamada música popular, la que habla solo de infidelidades y consumir
licor, igual del supuesto vallenato con “flow” como lo llaman ahora, que no es
vallenato ni es nada y de otros géneros musicales, en donde gesticulan muy
detalladamente las relaciones sexuales.
Los jóvenes no
solo las cantan, sino que describen con gestos vulgares los movimientos como algo
natural y normal, se tocan sus partes íntimas, hombres y mujeres mientras
bailan, lo hacen menores de edad en fiestas o en reuniones, inclusive niños,
con una sonrisa en sus rostros, delante de sus padres. Quienes no hacen
absolutamente nada para impedirlo, algunos aplauden y aquellos que se atrevan a
corregir o llamar la atención, son objeto de burlas y hasta de falta de respeto,
de la misma madre, del padre o de cualquier otra persona, quienes ven eso
completamente normal.
¿Será que en muy
poco tiempo, veremos a los hijos de estas nuevas generaciones, hacer el amor en
cualquier esquina, en un parque o sitio público y delante de todo el mundo,
escuchando su cantante y su música favorita a todo volumen, con la complicidad
y permisividad de todo el que pase por allí y lo que es mucho peor y más
preocupante, de sus padres y de las autoridades encargadas de imponer el orden?
La influencia del Reagettón: FOTO. QUORA
Son muchos sentimientos encontrados, tristeza, añoranza y melancolía, al recordar los años pasados, donde el amor, el respeto y la comprensión, eran muy valiosos y compararlos con los de hoy, todos estos actos de los futuros miembros de la sociedad, que diferencia tan abismal se siente al recordar la forma de enamorar y divertirse de las pasadas generaciones.
Cuando se hacía
con una flor en la mano, con un poema o una balada, o con una serenata, así
como la costumbre las serenatas, dedicar un bolero, una canción romántica, o
uno de esos verdaderos clásicos del vallenato auténtico, eran poemas cantados,
en donde se describía de una forma elegante, el enamoramiento y cómo llamar la
atención de una hermosa mujer.
Me aterra me horroriza, de solo pensar e imaginar cómo serán los hijos de todos estos jóvenes, que hoy en día tienen esas actitudes y comportamientos en público, para divertirse, escuchar música y enamorarse y lo que es peor, con la permisividad, la complacencia de sus padres del mundo y de la sociedad en general.
Tristemente es
el mundo el revés, en donde los jóvenes y adolescentes, en su gran mayoría, no
saben nada de historia universal ni de su país, mucho menos de cultura general,
pero si les preguntan por la letra de una de esas canciones vulgares, responden
todos cantando en coro, igual se saben el nombre de los cantantes, de los que
no voy a nombrar a ninguno de ellos, para no seguir dándoles publicidad, la
culpa también es del estado, porque ya no se ve historia y urbanidad en los
planteles educativos.
Después los
padres se preguntan por qué su hijo agarro malos caminos, consume drogas, o por
qué la muchacha salió embarazada a muy temprana edad, si la muestra es tan
evidente, la permisividad, la tolerancia y la complacencia al extremo son los
culpables de todo eso.
¿Qué futuro le
espera a la humanidad, será que el amor, el sexo y los valores éticos y morales
harán parte del pasado, serán solo un vago recuerdo? La decisión está en
nuestras manos, no olvidemos, que los hijos hacen lo que ven y lo que sus
padres les permiten todos somos responsables, sea directa o
indirectamente, aún estamos a tiempo de despertar nuestra conciencia y rescatar
a este mundo de la vulgaridad, de la obscenidad, para dejar una mejor sociedad,
libre de lo banal o fútil, en donde el sexo no sea el
tema preferido y visto como algo público, que se puede hacer y mostrar en
cualquier lugar.
Por: Iván Fernando Márquez Gómez.
Teléfono: 3013942339
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