Los no como un sí y los sí como un no

No siempre se usan los no para negar y los sí para afirmar, todo depende del momento y de las circunstancias.

 

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       Cuando esperas un no y te dan un sí, sabiendo que te están mintiendo, es realmente cuando comprendes que en la vida hay unos no que significan si y algunas veces hay unos sí que quieren decir no.

        

Lo que es igual a entender un no por un sí y un si por un no; aunque parezca un trabalenguas y algo contradictorio es la realidad en algunos momentos de la vida.

        

En el plano sentimental, la mujer o el hombre enamorados y engañados, nuevamente escuchan esa promesa de su pareja, diciéndole que no lo volverá a hacer, a sabiendas que si sucederá. La madre, amorosa, cariñosa y tolerante, sabe que su hijo no mejorará su comportamiento, si es un delincuente con muchos delitos comprobados, pero le dice a todo el mundo, que si lo está logrando, así esté preso pagando una condena, todo por su inmenso amor.

          

Los gobernantes y políticos, corruptos en su gran mayoría, tratan de negar su culpa, pero él y todo el mundo saben que ellos si fueron los culpable de lo que se les acusa.

 

Hombres y mujeres, enguayabados y despechados, expresan que no se volverán a enamorar, cuando todos sabemos que si lo harán ya que esta es una condición humana, puesto que el amor va y vuelve.

        

Las naciones, después de los conflictos bélicos, es decir en la post - guerra, firman acuerdos y tratados de no agresión, cuando es bien sabido, que si habrá nuevos enfrentamientos, por el afán desmedido del poder y la dominación y la avaricia de algunos dirigentes y gobernantes.

        

 Los alcohólicos y drogadictos, juran y afirman, que esta sí será su última dosis en el consumo, no siendo así, si se carece de fuerza de voluntad.

 

Los mentirosos y tramposos, mentiras tras mentiras, afirman que sí se van a corregir, aunque ya pocos les crean de tanto mentir.

                                      A tus jefes debes decirles siempre sí

          

Los orates o dementes, hablando incongruencias y disparates, gritan que no están locos, así estén recluidos en el manicomio, pero todo el mundo sabe que sí.

          

Los reos o convictos, verdaderamente culpables, dicen ser inocentes, aunque ya estén condenados y las pruebas los delaten.

 

Finalmente podemos decir, que nuestros si sean realmente para afirmar y los no únicamente para negar, sin importar las conveniencias o necesidades, para que exista verdadera justicia en el mundo.

 

Iván Fernando Márquez Gómez

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