Los orígenes del baile del Pilón sus versos y sus pioneros
Para hablar de
los verdaderos inicios del baile del Pilón, sus orígenes y pioneros en
Valledupar, tenemos que hablar del Ballet Vallenato, puesto que de allí también
se origina esta tradición, así como remontarnos al año 1900, fecha en la que
llegan a Valledupar muchas personas de Barranquilla
y otras de Mompox, entre ellos,
podemos citar a Oscar Pupo Martínez
y su esposa Carmen Pupo de Pupo,
quienes compran unas tierras, a las que llamaron El Cerrito.
Era una finca
bastante grande, ya que abarcaba desde el actual puesto de bomberos del Valle
de Upar, hasta la cárcel de máxima seguridad, conocida hoy como la Tramacúa,
así mismo estos terrenos comprendían desde el barrio la Esperanza y la Nevada por
el norte, hasta el sitio conocido como las palmeras, lo que hoy en día es el
barrio Villa Miriam, en la parte sur de la ciudad.
A esta finca,
llega pidiendo trabajo un campesino llamado Fidel Mejía Fuentes, es en ese lugar, donde realmente nacen los primeros
versos del Pilón, compuestos por este famoso y valioso personaje de la cultura
vallenata.
Eran versos a los
oficios del hogar, especialmente a todas sus hijas y a las labores del campo,
así como a las mujeres y la vida cotidiana de ese entonces, versos, coplas y
rimas, que salían de la inspiración de estos trovadores autodidactas.
Años más tarde,
Fidel Mejía se casa con la Ama de Llaves de Oscar Pupo conocida con el nombre de María Francisca Calderón, de cuya unión nacieron, Martina, madre de
Carlos Calderón, folklorista,
educador ya retirado y actual director del Ballet
Vallenato.
Todas las hijas
de Fidel Juana, Margarita y Aura Leticia, Carmen y Enoelia, hicieron parte de los
inicios del pilón, por ese motivo su padre se inspiraba en todas ellas. Fidel Mejía Fuentes, es invitado a la
casa de Evaristo Gutiérrez Araujo,
padre del compositor Gustavo Gutiérrez
Cabello, este era el único músico de escuela, ya que había estudiado en
Europa, componía melodías para el pilón, tocando con violín y más adelante lo
hacía con el acordeón.
Estos versos, se convirtieron en
serenatas andantes, para la época de pre carnaval, de igual manera, para las
serenatas de enamorados. Años más adelante, llega Florentino González, conocido como (Papá Tino) quien es el padre de Hugo González Montero, el que hacía las veces del jefe de la
guardia española en las ceremonia de la Leyenda Vallenata, previo al inicio del
Festival Vallenato.
Tiempo después, aparece Nicolás Baute, este personaje, también
hacía serenatas, los participantes se vestían con polleras rojas, sus miembros
acostumbraban untarse polvos olorosos llamado Río Rita.
Fueron muchos los personajes, que
llegaron a la muy pequeña ciudad de Valledupar para ese entonces, cuando
todavía hacía parte del departamento del Magdalena, aparece Tácito Martínez, primera persona que
dramatizó el montaje de la Leyenda Vallenata.
Leyenda que escenifica la pelea de los
españoles con los indios y el milagro de la Virgen del Rosario. Años más tarde
Fidel Mejía Fuentes, en la casa de Carmen
Pupo, saca unos versos muy originales, los que son cantados en los desfiles
de piloneras, como se puede evidenciar, estos personajes fueron los pioneros,
los compositores de los versos de El Pilón.
No
son composiciones de autores anónimos como se viene diciendo desde hace mucho
tiempo, en la Fundación del Festival de la Leyenda Vallenata y otras
personalidades, que estos versos no
hayan sido registrados o patentados por sus dueños, no quiere decir que sean
anónimos, ellos también merecen un homenaje y justo reconocimiento.
Muchos conocedores de este tema, aún recuerdan a
Ovidio Palmera, Ignacio Maestre, Carlos Iván Brujés, Marina Gutiérrez, Gloria
Pumarejo, Virgilio Martínez, como los primeros integrantes de las caminatas,
que de esquina a esquina, recorrían los barrios del centro y tradicionales de
la ciudad, ellos también, merecen un homenaje y reconocimiento importante, por
parte de las autoridades, gubernamentales y culturales.
Conocedores
de todo esto, algunos viven todavía y expresan la necesidad de inculcarles a
las nuevas generaciones el sentido de pertenencia y amor por lo nuestro por
nuestra idiosincrasia, por nuestro folclor y por muestras culturales.
Las personas que vivieron esas tradiciones y que ya no están,
otras por su avanzada edad o por haberse retirado o por fallecer, como Luisa
Villazón, Teresa Picaza y su hija Judith Picaza, así como Carlos Calderón,
expresan con nostalgia y pesar, que el desfile no se hace igual al de antes.
La juventud no baila como es, el original es un paso para
adelante y otro para atrás. Antes se acostumbraba a enseñar danza y teatro en
los colegios, hoy en día todo eso desapareció, los jóvenes, les gusta más el
reggaetón, hay mucha vulgaridad, las muestras de cultura en las instituciones
educativas dejan mucho que desear.
Según
algunos tradicionalistas, se han cambiado los versos originales del pilón,
“ahora los músicos incluyen unas estrofas que se alejan del origen real de la
tradición y con carencia de poesía y elegancia” por otro lado, expresan la
necesidad de inculcarles a las nuevas generaciones el sentido de pertenencia
por el folclor y las muestras culturales de la región.
El desfile
de piloneras algunas veces, se torna monótono y aburridor, muchos asistentes al
mismo, se cansan y se aburren de ver siempre lo mismo, por horas enteras,
grupos bailando lo mismo, no salen nuevos compositores o no existen otras
canciones, pero que no rompan con la tradición y guarden su originalidad…
Debieran
innovar y componer otros versos e investigar más al respecto, ya que es
necesario no dejar morir la tradición, para que las nuevas generaciones
conozcan de dónde vienen todas estas costumbres y quiénes fueron sus pioneros.
Algunos de los versos autóctonos del Pilón.
Despierta si estás dormida de ese sueño tan
profundo…!
Que te viene a visitar la maravilla del mundo.
A la dueña de la casa saludo con cortesía…!
Que me preste su salita pa’ bailá las hijas mías.
Bonita que está esta casa bonita su varazón…!
Bonita la que está adentro dueña de mi corazón.
Bonita que está esta casa y el albañil que la hizo…!
Por dentro tiene la gloria y por fuera el paraíso.
Mi hija la barrendera miren como se afana…!
Está barriendo la sala pa’ bailá con sus hermanas.
De tantas hijas que tengo la mayor no sé cuál es…!
Una la pongo a molé la otra la pongo a barré.
Pollito
porqué pillái si gallina no tiene teta…!
Morrocoy
no sube palo ni si le ponen orqueta
Si
queréi queré quereme o de no, no me querái
Después
no te pongái brava cuando con otra me viái.
Son muchos los personajes del Valle
del Cacique Upar que deben ser homenajeados y reconocidos por su gran labor en
esta tradición del baile del Pilón y la composición de los versos. Los
homenajes o reconocimientos a las personas sobresalientes y destacadas en las
artes y la cultura popular, se deben hacer en vida, para que estos lo puedan disfrutar con sus
familiares y amigos.
Por: Iván Fernando Márquez Gómez
Teléfono:
3013942339
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